viernes, 28 de septiembre de 2012

10 de febrero






















"Others leave me-all things leave me/you remain."

J. ha llegado a primera hora de la mañana.A la media hora parecía que llevara aquí mucho tiempo.
Fuimos juntos a la cliníque.Árboles desnudos sin hojas.Un brillo magnífico en el cielo:las ventanas con destellos de fuego.M. ha dibujado mi corazón.Hubiera deseado que no lo hubiera hecho.Me persigue el horrible dibujo,el pensar en mi corazón como una gota de mucho peso en mi pecho.

Katherine Mansfield

lunes, 24 de septiembre de 2012

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Donde se desgarra la memoria, comienza una película vieja,
una música vieja sin sentido.
Cesó la lluvia en el parque del descanso y no puedo explicar
el intenso perfume de las lilas en esta primavera.
Tomar el décimo tranvía, salir, pasar bajo el arco de Stalin:
todo es igual a como era antes, hace mucho tiempo.
Acá me tomaban de la mano, acá me tomaban en brazos,
acá, al aire libre, pasaban una película.
El arte mostraba los mismos sentimientos:
este parque del descanso, al muchacho en brazos.
El pasado infinito, marcado de una manera opaca,
le impide al futuro despegar.
Por nostalgia, jugando, o por borrachera
pasear en el teleférico encima de los pinos, hasta el cielo,
pero aun así es imposible comprender
si la guerra ya pasó o si no hubo guerra.
Todo en blanco y negro, las madres caminan con sus hijos,
el maldito altavoz canta algo victoriosamente.
Viví tanto tiempo en este mundo, cómo pude sobrellevar 
este corazón agitado,
lágrimas, y hasta lo contrario.
 
Boris Rizhy

sábado, 15 de septiembre de 2012

cântec de dor
















Mă culcasem lângă glasul tău.
Era tare bine acolo şi sânii tăi calzi îmi păstrau
tâmplele.

Nici nu-mi mai amintesc ce cântai.
Poate ceva despre crengile şi apele care ţi-au cutreierat
nopţile.
Sau poate copilăria ta care a murit
undeva, sub cuvinte.
Nici nu-mi mai amintesc ce cântai.

Mă jucam cu palmele în zulufii tăi.
Erau tare îndărătnici
şi tu nu mă mai băgai de seamă.

Nici nu-mi mai amintesc de ce plângeai.
Poate doar aşa, de tristeţea amurgurilor.
Ori poate de drag
şi de blândeţe.
Nu-mi mai amintesc de ce plângeai.

Mă culcasem lângă glasul tău şi te iubeam.

***
Me había tendido al lado de tu voz.
Estaba muy bien ahí y tus calidos senos me guardaban
las sienes.

Ni siquiera recuerdo lo que cantabas.
A lo mejor algo sobre las ramas y las aguas que recorrieron
tus noches.
O puede que tu infancia que murió
en algún lugar,bajo las palabras.
Ni siquiera recuerdo lo que cantabas.

Jugaba con mis manos en tu pelo
Era muy obstinado
y tú ya no me hacías caso.

Ni siquiera recuerdo por qué llorabas.
Puede que solamente así,por la tristeza de los ocasos.
O puede que por amor
y por ternura.
Ya no recuerdo por qué llorabas.

Me había tendido al lado de tu voz y te amaba.

Nichita Stănescu

viernes, 14 de septiembre de 2012

un cuento
















He quemado tu cuerpo en  mi interior,
todo ha llegado demasiado tarde.

No digas nada,
tan sólo escúchalo y no digas nada.
Íbamos caminando en la lluviosa
mañana por el pueblo adormecido,
entrábamos despacio
por una larga calle de adoquines
que no llevaba hacia ninguna parte.
Los niños nos llamaban con canciones
para acercamos al canal, que viésemos
su casa reflejándose en el agua.
Te gustaba, ¿recuerdas?,
ver a los niños. Al marcharnos
quedaban sus caritas pegadas al cristal,
sus voces apagándose en el agua.
Llegamos tarde. Demasiado. Tanto
que siempre volveremos separados:
ese es el precio por haber podido
entrar dentro de un cuento.
Y qué suerte encontrarte ahora aquí,
de madrugada, convertida en patio:
esto quiere decir que todo el tiempo
estabas junto a mí en la oscuridad.

Joan Margarit

domingo, 9 de septiembre de 2012

los amantes






















estuvimos mucho tiempo viendo morir lo accidental
y las fuentes donde se desgrana lo efímero
ya no anochecía
y el cansancio venía a ser lo dúctil de la idea

 allá una nube de imágenes
 cubría tal vez el camino recorrido
 pero nuestros cuerpos ya no la amparaban

 decíamos
       quién eres

 felices al disolver recíprocamente
 la celosa identidad

 y secos estaban nuestros rostros

Bernard Noël

lunes, 3 de septiembre de 2012

Jiří Orten

  



















     
Ah, ¿a dónde vamos? Llovía y la lluvia incesante nos mojaba y esto era muy triste porque nos reblandecíamos.Ahora,sin embargo,no hay ni una señal.No hay libros en llamas,hay sólo libros quemados.Hemos perdido los hogares,hemos perdido las ilusiones del hogar y por las escaleras vacías (sin puertas,sin nombres,sin timbres,sin buhardillas) sólo corre el viento. ¿De qué podemos decir que nos pertenece?Nos pertenece el horror,el horror que llega de todas partes,de los rincones y de los espacios amplios.Y volvemos la cara y vemos en nosotros los últimos restos de fuérza y de valor que nos permiten mirarnos a los ojos,ya que de este encuentro todavía podría nacer algo.Un cierto vértigo.Una cierta esperanza espantosa.Cierta heroica despedida.Cierta virulenta llama.

Jiří Orten