miércoles, 29 de mayo de 2013

océano mar










Bartleboom tiene treinta y ocho años. Él cree que en alguna parte, por el mundo, encontrará algún día a una mujer que, desde siempre, es su mujer. De vez en cuando lamenta que el destino se obstine en hacerle esperar con obstinación tan descortés, pero con el tiempo ha aprendido a pensar en el asunto con gran serenidad. Casi cada día, desde hace ya años, toma la pluma y le escribe. No tiene nombre y no tiene señas para poner en los sobres pero tiene una vida que contar. Y ¿a quién sino a ella? Él cree que cuando se encuentren será hermoso depositar en su regazo una caja de caoba repleta de cartas y decirle
-Te esperaba.
Ella abrirá la caja y lentamente, cuando quiera, leerá las cartas una a una y retrocediendo por un kilométrico hilo de tinta azul recobrará los años -los días, los instantes- que ese hombre, incluso antes de conocerla, ya le había regalado. O tal vez, más sencillamente, volcará la caja y atónita ante aquella divertida nevada de cartas, sonreirá diciéndole a ese hombre
-Tú estás loco.
Y lo amará para siempre.
A. Baricco

sábado, 18 de mayo de 2013

forgetting
























Last night I dreamed that someone told me: your love is dead.

Your love, the girl you loved when you were young,
has died.

In a cold city in the South
where the parks are one huge dewdrop,
at the hour when the fog is still virgin
and the city turns its back
on the gaze of desperate souls.

And she died- they told me – without saying your name.

Roque Dalton

miércoles, 8 de mayo de 2013

la ciudad

















La ciudad donde nací fue destruida por los cañones.
El barco al que subí fue hundido después, en la guerra.
El granero de Hamadia donde amé fue quemado.
El quiosco de En Gedi fue bombardeado por los enemigos,
el puente de Ismailiya que crucé
en una y otra dirección en mis tardes de amor
fue hecho añicos.

Mi vida se ha ido borrando tras de mí según un mapa exacto.
¿Cuánto tiempo resistirán los recuerdos?
La niña de mi niñez fue asesinada y mi padre está muerto.

Por eso, no me elijáis como amante o hijo,
como pasante de puentes, inquilino o ciudadano.


Yehuda Amijai