días y noches te he escrito, la primera frase era no existe Rusia, París no existe.
mis manos se vuelven más y más invisibles, besarte es besar una pared en blanco, y no nos hemos besado.
miro este cuerpo tan cuerpo, cuántos lo han amado (¿quién podría amar un cuerpo perdido?), cuántos inviernos prematuros festejaron en su vientre.
al margen de esta hoja se escribe mi vida, y se asusta y se intenta poesía, se intenta verso claro que fracasa y se vuelve cuerpo.
leo el testamento de Kafka como única carta de amor. pronto en París caerá la nieve. en Rusia también, otra nieve. vendrá la primavera por vientre.
los que me han amado intentarán volver a mí por la fuerza.
querido, tus ojos se han vuelto mi cenicero. besarte es besar la desventaja del tiempo.
leo el testamento de Kafka, lo único que me queda.
mientras, regresan tranquilos los que me quieren santa y desnuda.
mientras, regresan tranquilos los que me quieren santa y desnuda.
Natalia Litvinova