miércoles, 5 de febrero de 2014

after all, he did promise to return, did he not?


















When I waited for you outside, clutching the tissues
and pulling up tufts of grass, your friend came over

and, his eyes on the horizon, said you lived in this town.
You couldn’t be seen exiting with me.

I nodded, ducking back into the paneled saloon
where he barred my way, sprawled in a disk of drool.

He agreed to drive me to the film festival.
You’d be there in the dark with strange women and men,

absorbed in pictures more solid than these
if I ever found you again.

Jana Prikryl

2 comentarios:

  1. Me hice viaje, pero como la mayoría de los viajes fue de ida y vuelta. De vuelta al último punto de partida, que no del originario. Quizás a ese no vuelva. Quizás no todos los viajes sean de ida y vuelta, pero sí son las madres de muchos sueños, ese espacio-tiempo que engendra deseos, memorias inventadas, disfrazadas, añoranzas, esperanzas, miedos... y ahora parece que Etcétera se ha vuelto viaje y se ha perdido en un indefinido etcétera en el que todo cabe... todos los sueños, y los mejores deseos tendidos entre los puntos suspensivos.

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