martes, 15 de julio de 2014

señal























Cuando los tres
cruzamos la calle
incluso
el semáforo
se puso en rojo.
Con los coches resoplando
gas y rodeados por el
tumulto de personas
me agarré del brazo de aquel
que estaba a mi derecha.
Y no de aquel, por quien
llevaba el anillo.
Cuando los cuatro
nos encontramos
tras el cruce,
todos lo supieron.
El uno. El otro.
El silencio.
Y yo.

Mascha Kaléko

4 comentarios:

  1. http://youtu.be/qNQsZpYjuTE

    Lehitraot, ialdâ.

    ResponderEliminar
  2. No me cabe duda alguna de que el silencio es nuestro compañero más fiel: al que nos agarramos en la inseguridad, con el que buscamos el placer más íntimo, al que interrogamos para hallar respuestas...

    ResponderEliminar